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La fecha del juicio final

Según el relato de la creación contado en el Popol Vuh: El nombre, Hun o Uno Hunaphú, equivale al nombre Uno Ahau, presente en el calendario, un día de referencia que significa primer sol.

 

El primer sol del año es el del solsticio de diciembre. La fecha del juicio final que indica la profecía termina en el solsticio de invierno del año 2012, exactamente un ciclo precesional de veinticinco mil ochocientos años contando a partir del primer día del calendario maya.

 

Como ya hemos mencionado antes, el calendario maya se divide en cinco Grandes Ciclos, el primero de los cuales se inició hace unos veinticinco mil ochocientos años. Este periodo de tiempo no es arbitrario, sino que corresponde al plazo de años que la Tierra tarda en completar un ciclo de precesión, el lento movimiento pendular que efectúa nuestro planeta sobre su eje.

 

Sirviéndose de un programa informático que permite predecir el estado del cosmos en cualquier fecha de la historia, calcularon como sería el cielo nocturno en el año 2012.

Imagen de Juicio final Maya
Imagen de mundo inferior, Xibalba

Empezando en el momento del equinoccio de otoño, tendrá lugar una alineación astronómica sumamente insólita sobre el plano del Sol y el plano de la galaxia. La franja oscura de Vía Láctea parecerá apoyarse en el horizonte de la Tierra, y el Sol empezará a desplazarse para alinearse en el punto central.

 

Este cambio culminará el día del solsticio de invierno, una fecha considerada por la mayoría de las culturas antiguas el Día de los Muertos. En esa fecha, por primera vez en veinticinco mil ochocientos años, el Sol se moverá en conjunción con el punto en el que la eclíptica cruza la Vía Láctea en la constelación de Sagitario, marcando la alineación del Ecuador de la galaxia, el centro exacto de la misma.

 

El calendario maya predijo con exactitud este acontecimiento celeste Hace más de tres mil años, interpretando el mito de la creación, esta alineación galáctica alcanzará su punto máximo con la apertura de un portal cósmico que salvará la distancia que hay entre nuestro planeta y el Mundo Inferior de los mayas, Xibalba.


Llámese ficción, llámese ciencia, pero lo cierto es que esa alineación intragaláctica culminará en la muerte de todo hombre, mujer y niño que camine sobre la faz de la Tierra.

Imagen de Popol Vuh
Imagen de Xibalba, mundo subterraneo