Dogo de burdeos, grupo 2, con apariencia de viejo boxeador fatigado, el Dogo de Burdeos, coloso rechoncho de aspecto temible, oculta bajo su aire tosco un corazón tierno.
Originariamente "feroz" perro de combate, adiestrado para la lucha contra toros, osos u otros canes, gracias a sus potencia de mordida, no sueltan presa y son pesados, fue considerado durante siglos una bestia peligrosa. Tienen reputación de perros con mal carácter o de aspecto desagradable.
En la edad media los carniceros los utilizaban para conducir reses vacunas, de ahi que los llaman 'perros de carnicero'
Características
Profundas arrugas surcan su morro aplastado de viejo boxeador fatigado. Pero el Dogo de Burdeos, coloso rechoncho de aspecto temible, oculta bajo su aire tosco un corazón tierno.
Originariamente "feroz" perro de combate, adiestrado para la lucha contra toros, osos u otros canes, fue considerado durante siglos como una bestia peligrosa. Su reputación hace que todavía se identifique en lenguaje popular con mal carácter o el aspecto desagradable.
En el siglo XIV, Gastón Febus describe poco cortésmente a los Dogos de su época de esta forma: "...grandes bestias, de grandes labios y grandes orejas, están muy bien para cazar el oso o el marrano, porque no sueltan presa. Pero son pesados y feos, y si un jabalí o un oso los mata, no se pierde gran cosa".
Desde la Edad Media el Dogo no se ha empleado como cazador ni para el combate, sino como guardián del hogar, sobre todo por los carniceros, que se servían de él para conducir las reses vacunas compradas fuera de la ciudad. Sin duda los Dogos deben a esta circunstancia el sobrenombre de "Perros de carnicero" y la conservación de la raza.
De las casas de los carniceros a las ricas explotaciones agrícolas, de las residencias burguesas a los palacios de la aristocracia, el Dogo se transformó en el guardián por excelencia, vigilante y osado. Lo que, en la época de la Revolución francesa demostró ser fatal, pues numerosos Dogos perecieron al mismo tiempo que sus amos.
En comparación con el Dogo Alemán y el Boxer, el Dogo de Burdeos no fue nunca demasiado popular. Sin embargo, esta raza aquitana está en franca expansión y su número ha pasado a más de quinientos ejemplares, frente a escasamente diez hace unos veinte años. Tranquilo, sincero y dulce, el Dogo de Burdeos desborda afecto por su amo y muestra una paciencia angélica con los niños.
Historia
La raza, muy antigua, desciende del Dogo del Tíbet. En el siglo XIV se encuentran en Francia dos tipos de Dogos: el Alano Veaultre o Veautre, que se considera antepasado directo del Dogo de Burdeos, y el Alano Gentil, nacido del primero y del Lebrel, antepasado del Gran Dogo que dio nacimiento al Dogo Alemán.
Durante la Revolución francesa, la raza, que había permanecido pura gracias a ejemplares seleccionados por su combatividad, quedó prácticamente diezmada. Los supervivientes, cruzados con otros perros, acabaron por degenerar.
A fines del pasado siglo, esta raza había desaparecido prácticamente, salvo en ciertos rincones de la región de Burdeos. En 1863, con ocasión de celebrarse en París la primera exposición canina de Francia, se empleó por primera vez el nombre de Dogo de Burdeos a propósito de Magenta, un macho de 70 cm. Veinte años más tarde, otro macho, Bataille, que no medía más que 67 cm, ganó el primer premio. A partir de esta disminución de la talla se le aportó sangre del Bulldog inglés, lo que modificó su tipo e hizo aparecer una máscara negra en su cara. A finales del siglo XIX reaparecen en las exposiciones hermosos ejemplares. Hoy, el Dogo de Burdeos debe poseer una máscara roja o negra.
Standard
Aspecto general: coloso de potente figura y cuerpo musculoso pero armónico.
Talla: 60-68 cm el macho; 58-66 la hembra.
Peso: 50 kg como mínimo el macho; 45 como mínimo la hembra.
Cabeza: muy voluminosa, angulosa, ancha y bastante corta, surcada de arrugas simétricas a cada lado del surco central. Stop muy acusado. Hocico potente, ancho, macizo y bastante corto. Trufa ancha con orificios nasales abiertos, pigmentada de negro o marrón según la máscara.
Boca prog-nata: morro cerrado, los incisivos y caninos no deben ser visibles. Mandíbulas anchas, muy potentes. Dientes muy fuertes. Belfos gruesos, moderadamente caídos. Mejillas salientes.
Ojos: ovales, espaciados. Color avellana o castaño oscuro. Tolerado un color más claro en los perros de máscara roja.
Orejas: relativamente pequeñas, penden a lo largo de las mejillas. Implantadas altas, un poco redondeadas en la punta.
Cuello: muy fuerte, musculoso, casi cilíndrico. Escote enorme, piel suelta y suave. Papada muy marcada.
Cuerpo: pecho potente, profundo y ancho. Paletillas sólidas, de gran musculatura muy visible. Lomo ancho y musculoso. Cruz muy marcada. Riñón ancho, bastante corto y sólido. Grupa ligeramente oblicua.
Cola: muy ancha en la base, debe llegar hasta el corvejón; caída en estado de reposo, levantada en acción.
Extremidades: anteriores muy musculosas y de fuerte osamenta. Codos ni excesivamente hacia adentro ni hacia afuera. Posteriores: muslos muy desarrollados. Corvejones cortos y vigorosos. Patas paralelas.
Pies: fuertes y apretados. Uñas cortas. Almohadillas desarrolladas y finas.
Pelaje: fino, corto y suave al tacto.
Color: unicolor caoba o en la gama del leonado. Pequeñas manchas blancas poco extendidas admitidas en el pescuezo y pies. Máscara negra o rojo intenso.
Defectos: cabeza pequeña, demasiado larga, estrecha, redonda y ovalada. Hocico demasiado largo o corto. Trufa estrecha, sin pigmento. Mandíbulas en tenaza. Belfos muy largos. Mejillas blandas. Ojos de colores distintos, roña en los párpados (causa de descalificación). Orejas en rosa. Pecho estrecho. Cola desviada, cortada o anudada. Manto completamente blanco. Pelo grueso, áspero, largo u ondulado.
Consejos útiles
Perro de compañía si se dispone de jardín y excelente guardián. Su pelo es fácil de cuidar. Cepíllese de vez en cuando para eliminar polvo y pelo muerto. Alimentado durante siglos de sopa de pan para hacerlo más agresivo en el combate. Hoy disfruta de un régimen omnívoro con base proteínica animal.
El gran volumen de la cabeza de los cachorros conlleva en ocasiones partos difíciles que obligan a practicar la cesárea. Para mitigar la agresividad atávica hacia sus congéneres hay que acostumbrarlo desde muy joven a obedecer y acudir a la primera llamada, para evitar que provoque accidentes.
Los molosos de epiro
Estos grandes perros de combate de la antigüedad deben su nombre a los molosos, pueblos del Epiro, y tendrían como antepasado al Dogo del Tíbet, cuyo origen se remonta a unos 3.000 años a. JC. Emigrados a Oriente Medio, estos poderosos animales fueron los fieles compañeros de caza y de guerra de sumerios y asirios. Su llegada a Grecia, donde recibieron el nombre de molosos, data probablemente de la primera Guerra Médica, en el 480 a. JC.
En el siglo III a. JC. Alejandro Magno puso en fuga a sus enemigos lanzando contra sus filas sus jaurías de molosos. Más tarde, cuando Julio César invadió la Galia, llevaba con sus legiones los Canis Pugnaces, antiguos luchadores de las arenas del circo. En los juegos del circo, los molosos, fieles compañeros de los gladiadores, eran premiados con ¡guales honores que los púgiles.
El Dogo de Burdeos, el Mastín de Nápoles y el Dogo Español son sin duda sus descendientes más directos.
Fecha: 2025-06-05